Tienes que perseguirlo, desear que se cumpla, obsesionarte con lo que quieres, no dejar que salga de tu cabeza, ¿entendido? No seas como una dama en apuros en que se queda de brazos cruzados esperando a que su caballero con brillante armadura algún día se digne y valla a rescatarla, ¡NO! Esfuérzate y no te escondas en tu castillo, suéltate la melena y haz que cualquier fortachón trepe por ella y te haga vivir miles de aventuras y que haga que todo lo que desees, se cumpla. ¡NO! No persigas tu sueño, acosalo, abusa de el. ¿No es ilegal, verdad?
Necesitas esa cosa, esa peculiar cosa que te hace divagar cada dos por tres. Esa sensación de bien estar que hace que tu corazón palpite a mil por hora y que nunca hace que pare. Esa sensación que hace que el hielo y la adrenalina recorra tus venas, también a mil por hora. Algún día la verás, sentirás y tocarás. Tú eliges cuando y donde.
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