Mi cabeza dice que te olvide, pero mi corazón no me lo permite.

9 de febrero de 2012

Dices que me vas a dejar ir, pero eso es mentira.

La desolación llama a mi puerta pero yo ya la conozco. Corro, huyo de aquí y desaparezco con la esperanza de que no ocurra la desgracia sucedida la última vez. Mis lágrimas se dispersan por lo largo de mi rostro y no intento mirar atrás. Caigo en la tentación y sucede. Lo hago, dejo caer mi mirada en lo más profundo y oscuro y ¡PLAS! me estampo contra un muro. Ese muro es un impedimento, pero no dejaré que me sea un obstáculo más en mi vida. Dicen que ella le pega a lo más duro, así que yo voy a hacer lo mismo. Sueño despierta, sueño con que logro todo lo que quiero y que nada me hace sufrir. Soy un títere, un títere al que manipulan día y noche. Vendo mi amor a quien menos lo aprecio. Cierro los ojos, relato mi historia por una vida mejor y un sonido ruge en mis oídos. Llevo por este camino desde que tengo consciencia de mis actos. Esta noche no quiero salir. Esta tarde no quiero salir. Esta mañana no quiero salir. No quiero salir, no quiero salir, no quiero salir. Quiero volar. ¡PLAS! Escombros rotos en millones de pedazos caen en mis manos, así como un obsequio que destruir. Ese muro que me impedía continuar roto está. Una cálida sonrisa se asoma por las comisuras de mi boca y bualá, un arco de luz hace que mis ojos se abran. Abrirse en un sentido  distinto al que piensas. Una luz me llena. Sí, exacto, me llena, pero de plenitud y satisfacción. Soy feliz, no voy a cambiar, y esto es una afirmación, ¡lo juro!
"Luz, llévame contigo"

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